Mundo de cabeza. Brújula mareada y sin apuntar a un destino fijo. Me tambaleo sobre la cuerda floja, soy todo un equilibrista, malabareo mientras atravieso las formas de todo lo perdido, todo eso que queda atrás, de donde vengo. Todo eso lo dejo atrás para dar el brinco y convertirme en la especie venidera... o si me falta al final valor, o energía (porque siendo franco me siento fatigado), puro combustible para el mundo venidero, se tarde lo que se tarde en destruirse y se tarde lo que se tarde en volverse a construir. ¿Con nosotros? Mi opinión cambia cada día, pero todo apunta a que la especie "inteligente" resulta ser la más estúpida que jamás haya existido, que en tan solo unas decenas de miles de años destruyó lo que Dios se tardó milenios en gestar, un mundo equilibrado, un mundo bendecido por el mayor regalo en todo el Universo, después de la Luz misma, y éste es: La Vida. Sorry fellow Human: no merecemos tal obsequio.

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Seriously, WTF is going on? Two years of pandemic and then Putin starts WW3?!?! I am almost fifty, and I can't remember a time in my life when I was completely unafraid of nuclear winter. I grew up in the last decades of the first Cold War.

I just don get and can't imagine what got inside that lunatic's head to, again, try to make things happen by force instead of dialogue, conversation, hopefully COLLABORATION! (that is what we lack, except during catastrophes). We are TIRED of BULLIES, all of them, ENOUGH! Stop the killing! Stop the destruction! Let us gather, renew vows and focus on SAVING THE EARTH!!!!!!

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Todos los malditos días lloro cubetas, una trompada tío, pierdo el hilo a la mitad de lo que sea que esté haciendo y me voy con los fantasmas a jugar al 1 2 3 por mí (y por todos mis compañeros). Compañeros, ¿qué les digo? No lo puedo contener, el llanto digo, me coge de súbito como un arrebato, como una pulsión en mi plexo solar o un retumbar en mis sienes, no me da chance ni a que le saque jugo al 'prana' de un respiro. Llevo diez meses así, llorando sin parar, diario. Mi hermano y mi mamá concuerdan en que ya es tiempo de ir con el psiquiatra (inevitable, canto en mi mente a la Trevi y agito la melena que alguna vez tuve y ya se me cayó, por aquello del otoño) para que me medique. Les voy a a hacer caso, voy a ir a que me den las drogas más exquisitamente nulificadoras que la farmacéutica, ése monstruo destructor del mundo, ha tenido a bien inventar para venderme. De menos le sacaré jugo al seguro, que cuesta más caro que un hijo idiota, como dice el abuelo de mis hermanos, quien por cierto ya tiene el cerebro hecho chicharrón. Le cuesta más trabajo dejarse ir del que a mí me costaría. Y todo todavía está en veremos.

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